Lunes
18 De Enero del 2016
La
calma en los mercados permitió a la Reserva Federal subir las tasas de interés
en diciembre con la conciencia tranquila, pero responsables de política
monetaria de todas las tendencias ahora reconocen que el panorama que se les
presenta ha cambiado desde entonces.
Aún
es muy pronto para declarar que fue un error subir el tipo de interés por
primera vez en casi una década o para temer que el banco central estadounidense
tenga, al igual que el Banco Central Europeo y otros, que retractarse antes de
que se complete el ciclo actual de ajuste monetario.
Ese
proceso puede demorar años, considerando la gradualidad del ritmo de alzas que
ha proyectado la Fed y las diferencias que ya han comenzado a aparecer.
Los
mercados accionarios mundiales volvieron a bajar el viernes prolongado su caída
libre de 2016, mientras los inversores se preparan para una tercera semana
consecutiva de pérdidas.
Si
bien los funcionarios de la Fed no dan mucha importancia a los movimientos de
mercado bursátil, les preocupa que una pérdida de riqueza, a menos que sea
temporal, pueda reducir el gasto y erosionar la confianza de los hogares y
empresas.
Cifras
mostraron el viernes una caída de las ventas minoristas, incluso si se
descuentan los menores precios de la gasolina y de otros productos con valores
volátiles.
Un
desplome de las acciones globales provocado por un derrumbe del mercado
bursátil en China hizo que la Fed retrasara en septiembre una esperada alza de
tasas de interés, y ahora, otra vez, los funcionarios están atentos a la
volatilidad de los mercados financieros.
"Todo
depende de cuánto dure", dijo esta semana el presidente de la Reserva
Federal de Atlanta, Dennis Lockhart. "No quiero ofrecer un número en
particular, pero si se prolonga por varias semanas podría comenzar a tener un
impacto en la economía real",
DATOS
DÉBILES
Los
precios del petróleo, que el viernes se derrumbaron por debajo de la importante
barrera sicológica de los 30 dólares por barril, están limitando un alza de los
precios al consumidor y avivando la preocupación a que la inflación se mantenga
estancada en menos del objetivo del 2 por ciento de la Fed.
Cifras
del banco central dibujaron también un cuadro sombrío para el sector de
manufacturas, que ha sentido con fuerza el impacto de la apreciación del dólar
y de los grandes recortes en los presupuestos de las empresas de petróleo y
gas.
La
producción industrial cayó un 0,4 por ciento en diciembre, su tercer mes de
consecutivo de bajas, mientras que el uso de la capacidad instalada retrocedió
0,4 punto porcentual a 76,5 por ciento.
Si
bien el ritmo de creación de empleo tuvo una gran importancia en la decisión de
la Fed de subir las tasas, los funcionarios también esperan que se desacelere
porque la economía está muy cerca del pleno empleo. La tasa de desempleo en
Estados Unidos está en un mínimo de siete años y medio de un 5 por ciento.
El
cambio en el panorama ha hecho que los inversores muden sus expectativas sobre
el momento de la próxima alza de tasas desde abril a junio, un ritmo de
endurecimiento mucho más lento que el previsto por la Fed en diciembre.
Tanto
los funcionarios más cautos, que advirtieron el año pasado de los riesgos
internacionales, como los más agresivos, que presionaron para adelantar un alza
de tasas, están de acuerdo en que las semanas que han pasado desde que tomaron
la histórica decisión de cambiar el curso de la política monetaria no han sido
tranquilas.
"No
estoy en desacuerdo con nuestros críticos de que había riesgos en elevar (las
tasas) en diciembre frente a esperar algo más", dijo el lunes el
presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley.
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