Viernes
3 de julio de 2015
El
plan del primer ministro griego, Alexis Tsipras, de celebrar el domingo un
referéndum sobre las exigencias de austeridad de sus acreedores ha motivado la
ruptura de las negociaciones con ellos, ha forzado a Grecia a cerrar los bancos
y ha puesto en duda su futuro dentro del euro.
A
continuación, los principales escenarios probables tras la votación:
GANA
EL "SÍ" A LOS TÉRMINOS DEL RESCATE
El
Gobierno de izquierda de Grecia ha instado abiertamente a que los griegos voten
"No". Sería un suicidio político para Tsipras implementar un programa
que ha calificado repetidamente de "humillación" para su país y al
que se ha opuesto vehementemente.
Tsipras
ha dejado entrever que dimitiría en caso de que el resultado fuera
"Sí", al decir a los griegos por televisión esta semana: "Si el
pueblo griego quiere tener un primer ministro humillado, hay muchos de ellos
ahí fuera. No seré uno de ellos".
Si
Tsipras dimite, el país esperaría unas elecciones anticipadas - siendo
septiembre un momento probable.
Pero
dado que Atenas se enfrenta a unos grandes desembolsos para repagar deuda este
mes y está en un pico de la crisis financiera que le ha forzado a cerrar los
bancos, el presidente probablemente pida a la formación un Gobierno provisional
de varios partidos, de "unidad nacional", para que continúen con las
conversaciones con los acreedores y mantengan a Grecia a flote hasta que se
celebren comicios.
Conformar
tal gobierno no sería fácil. Los partidos a favor del euro como el centrista To
Potami, el de centroizquierda PASOK y el conservador Nueva Democracia han
señalado su disposición a formar parte de ese Ejecutivo. Pero juntos sólo
tienen 106 escaños de los 300 del Parlamento.
Es
supondría que Syriza y su socio minoritario de coalición - el partido de
derecha Griegos Independientes - tendría que apoyar o unirse a ese Gobierno
para que funcione. Ese Gobierno probablemente estaría liderado por un
tecnócrata. El ex primer ministro Costas Karamanlis realizó una poco frecuente
aparición instando a los griegos a votar "Sí", extendiendo los
rumores de que él podría ser uno de los candidatos.
Un
gobierno de unidad nacional no sería el primero en Atenas. La última vez que
Grecia flirteó con un referéndum - en 2011, cuando el ex primer ministro George
Papandreou buscó uno antes de abandonar la idea y dimitir- un Ejecutivo
tecnócrata respaldado por los principales partidos lo sustituyó hasta que se
celebraron elecciones al año siguiente.
Algunos
responsables de Syriza dicen que en caso de un voto por el "Sí", el
propio Tsipras podría optar por quedarse y tratar de mantener la negociación
con los acreedores bajo la premisa de que el país vaya a las urnas cuando se
estabilicen las finanzas del país en septiembre.
Los
responsables de la zona euro han hablado abiertamente a favor de un voto por el
"Sí". La canciller Angela Merkel ha señalado que estaría preparada
para negociar un tercer paquete de rescate para Grecia, aunque los responsables
alemanes son escépticos sobre si podría haber un nuevo Gobierno favorable al
rescate y han negociado un tercer paquete para el 20 de julio, cuando vence un
pago clave de deuda al Banco Central Europeo.
SE
VOTA "NO"
Los
responsables del Gobierno griego dicen que un voto mayoritario de
"No" fortalecería la posición negociadora de Grecia respecto a sus
acreedores, una perspectiva que los dirigentes de la zona euro, incluido el
jefe de los ministros de Finanzas de la zona euro, Jeroen Dijsselbloem, han
negado tajantemente.
El
Gobierno de Tsipras ha dicho que retomaría inmediatamente las conversaciones
con los acreedores. Pero los responsables europeos creen que sería muy difícil
acordar un nuevo rescate porque el "No" sería interpretado como un
rechazo del compromiso con los acreedores.
Los
responsables de la zona euro han advertido de que un "No" apuntaría a
un rechazo al euro y cerraría la puerta a una mayor ayuda de los acreedores,
dejando al país en territorio ignoto y aislado dentro del bloque del euro.
Grecia
probablemente termine sin pagar al BCE el 20 de julio y verá una profundización
rápida de la crisis, con unos bancos que probablemente no abrirán por la
incertidumbre. El BCE posiblemente siga congelando o estirando la financiación
de emergencia a los bancos griegos, presionando más a Tsipras mientras trata de
alcanzar un acuerdo en medio de un descalabro bancario.
A
cambio, eso podría forzar a Tsipras a dimitir para allanar el camino a un
gobierno de unidad nacional. El Ejecutivo también podría optar por emitir una
moneda paralela o pagarés para capear la crisis - lo que pondría efectivamente
en marcha una salida de Grecia del euro o "Grexit".
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