Jueves
25 de junio de 2015
Los
acreedores internacionales de Grecia presentaron el jueves a los ministros de
Finanzas de la zona euro su propia propuesta final de dinero a cambio de
reformas, en un desafío a Atenas tras largas negociaciones que no consiguieron
fraguar un plan común para evitar una inminente suspensión de pagos.
El
presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dijo que la puerta seguía
abierta para que Grecia aceptase las propuestas de sus acreedores, añadiendo
que la reunión había acabado por el momento.
El
ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, dijo que tanto el texto con las
propuestas helenas como el de sus acreedores habían sido criticados por los
participantes en la reunión.
"Lo
interesante es que varios colegas estuvieron en desacuerdo y criticaron no sólo
nuestro texto, sino también el de las instituciones", dijo al término de
la cita.
"Seguiremos
nuestras deliberaciones, las instituciones mirarán nuevamente ambos documentos.
Habrá discusiones con el Gobierno griego y continuaremos hasta que encontremos
una solución", agregó Varoufakis.
Los
ministros griegos habían dicho previamente que mantendrían sus propias
propuestas, que consideran el aumento de impuestos y de aportes a la seguridad
social, las que los prestamistas dicen que no generaran suficientes ingresos
fiscales para tapar un déficit en el presupuesto.
Dos
participantes en la reunión aseguraron que la canciller alemana, Angela Merkel,
había dicho a los líderes de centroderecha europeos que debía alcanzarse un
acuerdo antes de la apertura de los mercados del continente el próximo lunes.
La
líder germana dijo en una cumbre a puerta cerrada del Partido Popular Europeo
antes de la cumbre que Alemania "no será chantajeada" por Grecia,
indicaron.
Otros
participantes en la sesión declinaron confirmar si Merkel hizo estos
comentarios.
"La
decisión es exclusiva de las autoridades griegas. Ellos, sin embargo, han
elegido retroceder", dijo el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang
Schaeuble, al llegar a la segunda reunión de emergencia del Eurogrupo en menos
de 24 horas.
El
impago de 1.600 millones de euros que debe Grecia el FMI hasta el martes podría
provocar una retirada masiva de depósitos y el establecimiento de controles de
capital, seguidos por una salida del país de la zona euro.
Tras
cinco meses de amargas negociaciones, el Fondo Monetario Internacional, el
Banco Central Europeo y la Comisión Europea habían dado al primer ministro
griego, Alexis Tsipras, un ultimátum para que presentara la mañana del jueves
un nuevo plan creíble de reformas y habían dicho que de otro modo presentarían
su propia versión a los ministros del Eurogrupo.
Grecia
dejó pasar el plazo y dijo que mantendría la propuesta que hizo el lunes con
algunos cambios.
"Lo
único que se ha presentado al Eurogrupo es lo que las instituciones
(acreedoras) han compilado. No hay un acuerdo de los griegos sobre eso, así que
tendremos que escuchar en la reunión del Eurogrupo cuáles son sus ideas",
dijo Dijsselbloem antes del evento.
El
drama se desarrollaba horas antes de una reunión de líderes de la Unión Europea
en Bruselas para una cumbre sobre inmigración, el futuro a largo plazo de la
zona euro y la renegociación de los términos de la membresía de Gran Bretaña,
asuntos que han sido eclipsados por la crisis de la deuda de Grecia.
Tsipras
salió sonriendo de la sede de la Comisión Europea y levantando el pulgar
después de tres horas de negociaciones el jueves, pero no hizo comentarios.
Diplomáticos
dijeron que la táctica de los prestamistas refleja la exasperación por la
negativa de Tsipras a comprometerse en reformas clave de pensiones, el mercado
laboral, salarios e impuestos, que cruzan las "línea rojas" definidas
por su partido Syriza.
El
ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, llegó a la reunión del Eurogrupo
con un lista de puntos a discutir escritos a mano que fueron capturados por un
fotógrafo de Reuters, los que incluían:
"Significativos
ahorros en pensiones:
Funcionarios
griegos cercanos a las negociaciones afirman que los compromisos del Gobierno
ya han cruzado sus "líneas rojas", al ofrecer aumentar los impuestos
y las contribuciones a las pensiones.
"La
exigencia de los prestamistas para llevar medidas aniquiladoras a la mesa
muestra que el chantaje contra Grecia está alcanzando un clímax", dijo a
Mega TV el portavoz de Syriza en el Parlamento, Nikos Filis.
El
ministro austriaco de Finanzas, Hans Joerg Schelling, de línea dura frente a
Grecia ha dicho que el plazo final para llegar a un acuerdo es el domingo, un
día antes de que el parlamento alemán se reúna para aprobar la ayuda que
permita cumplir con el pago al FMI.
FRUSTRACIÓN
La
frustración era palpable a ambos lados. Un funcionario de la zona euro
describió la pérdida de confianza en los griegos como "extrema" y
cuestionaba si un acuerdo era realista, dada la intransigencia de Atenas.
En
Fráncfort, una fuente familiarizada con las deliberaciones en el BCE dijo que
el poderoso jefe del banco central alemán, Jens Weidmann, expresó nuevas
preocupaciones sobre la continua provisión de liquidez de emergencia para mantener
a flote a los bancos griegos, pese a la salida de depósitos.
El
consejo gobernante del BCE, que realiza teleconferencias diarias para hablar
sobre la situación, aprobó nuevamente el jueves la financiacón solicitada por
el banco central griego, dijo una fuente bancaria en Atenas.
Los
negociadores no han podido redactar un borrador de acuerdo debido a
persistentes diferencias sobre la reforma de pensiones, los impuestos, la
legislación laboral, los salarios del sector público, la apertura de
profesiones cerradas e inversiones.
Para
complicar más las cosas, cualquier acuerdo tendría que ser respaldado por los
legisladores griegos, seguido de votaciones en varios parlamentos europeos.
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