DISEÑO
Los
audífonos MDR-10R tienen un gran diseño, sus almohadillas son muy cómodas y la
vincha es acolchada. Están hechos de material metálico. Son algo pesados, pero
no incomodan puestos sobre la cabeza.
Por
su parte, el nuevo Walkman NWZ-A17 es muy elegante, pequeño y portátil. Su
acabado es en material brillante y viene con una pantalla a color. Un
inconveniente es que sus botones de opciones pueden ser pequeños para algunos.
Otro es que su navegación y uso: siguen la lógica que Sony usó siempre en este
tipo de dispositivos digitales, pero que hoy dista mucho de lo que el resto de
fabricantes han asumido como modelo.
El
amplificador PHA-3 se asemeja a un disco duro externo, es algo pesado
(300 g), pero con un acabado rugoso que permite un mejor agarre. Sin embargo
puede mantenerse sujetado al Walkman a través de una banda de goma.
DESEMPEÑO
Para
sacar el jugo a este kit es necesario tener una fuente de audio adecuada, es
decir, una de alta resolución: un FLAC. Esto es una codificación que comprime
el archivo de audio sin generarle pérdidas de calidad, pero con un peso mucho
mayor.
Por
ello el Walkman de 64 GB de capacidad se hace indispensable. La música en alta
calidad sale de allí hacia el amplificador y desde este, a través de un cable
especial con terminales bañados en oro para evitar interferencias (MUC-B20BL),
el audio llega a los auriculares. La experiencia es muy buena, tal como si
estuviéramos con el cantante al lado.
¿Y
qué pasa cuando escuchamos un MP3 con este kit? Aunque todo depende de cómo fue
grabado el archivo, el sistema se encarga de enriquecer la calidad del audio,
pero no es lo más recomendable.
Walkman
mantiene la función SenseMe, que elige canciones al azar dependiendo del estado
de ánimo u hora del día, y me encanta.
Por
otro lado, es complicado –pero no imposible– andar con este kit por la calle,
por lo que es recomendable para usar en lugares cerrados.
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