Miércoles
17 de febrero de 2016
Un
nuevo método de impresión en 3D produce huesos, músculos y cartílagos del
tamaño humano que sobreviven cuando se implantan en animales, según publica un
equipo de Estados Unidos.
"Fue
un desafío producir tejidos a escala humana con impresión en 3D porque los
tejidos más largos demandan nutrición extra", explicó el doctor Anthony
Atala, de la Facultad de Medicina de Wake Forest, Winston-Salem, Carolina del
Norte.
Su
equipo desarrolló un proceso llamado "sistema integrado de impresión de
tejidos y órganos" o ITOP, por sus siglas en inglés, que crea una red de
canales diminutos para nutrir los tejidos impresos después de implantarlos en
un animal vivo.
Los
investigadores imprimieron tres tipos de tejido, hueso, cartílago y músculo,
que trasplantaron en ratas y ratones. A los cinco meses, el tejido óseo era
similar al hueso normal, con vasos sanguíneos y sin áreas muertas, según
publica el equipo en la revista Nature Biotechnology.
En
el microscopio, los implantes de oreja de tamaño humano lucen como el cartílago
normal, con vasos sanguíneos que nutren las regiones externas, sin circulación
en las regiones internas (como el cartílago natural). El hecho de que
existieran células viables en las regiones internas del implante sugiere
que recibiría la nutrición adecuada.
Los
resultados con el músculo esquelético impreso son impresionantes. No sólo
porque los implantes son similares al músculo normal a las dos semanas del
trasplante, sino porque también se contraen como el tejido inmaduro en
desarrollo cuando se lo estimula.
"A
menudo es frustrante para los médicos colocar un implante plástico o metálico
durante la cirugía cuando el mejor reemplazo sería el tejido propio del
paciente", dijo Atala.
"Los
resultados de este estudio nos acercan a esa realidad con el uso de la
impresión en 3D para reparar defectos mediante la ingeniería de tejidos
personalizada. También estamos aplicando estrategias similares para imprimir
órganos sólidos".
Lobat
Tayebi, de la Facultad de Odontología de Marquette University, Milwaukee,
Wisconsin, y que investiga la bioimpresión, opinó que "existen muchas
dificultades con los tejidos bioimpresos en términos de robustez, integridad y
(nutrición sanguínea) del producto final.
"Lo
más admirable de este estudio es el esfuerzo serio para superar estos problemas
con el ITOP. Es un gran avance en la producción de tejidos bioprotésicos
robustos de cualquier tamaño y forma. Aunque es un enfoque con mucha
dificultad, se podría aplicar en la producción de tejidos bioimpresos
confiables y robustos", destacó.
"La
medicina personalizada en el campo de la regeneración de tejidos está en
marcha".
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