Miércoles
17 de febrero de 2016
Las
autoridades chinas regresaron del receso del Año Nuevo Lunar con un mensaje
colectivo para los inversores nerviosos en el país y el mundo: Pekín pondrá un
piso a la desaceleración de la economía, mantendrá su moneda estable y evitará
que el empleo se debilite incluso en momentos en que reforma a sus industrias.
Las
promesas han sido vertidas antes de dos eventos políticos de alto perfil para
China: una reunión de ministros de Finanzas del G-20 en Shanghái a finales de
este mes y la cita anual del próximo mes del Parlamento chino, donde se
completará el nuevo plan quinquenal de desarrollo económico.
Un
desplome de las acciones chinas durante el verano boreal pasado y una
devaluación inesperada del yuan en agosto sacudieron a los mercados globales,
aumentando las preocupaciones sobre la salud de la segunda economía más grande
del mundo.
"Los
fundamentos económicos de China no han cambiado", dijo el miércoles a la
prensa Zhao Chenxin, un portavoz de la Comisión Nacional de Desarrollo y
Reforma de China (NDRC, por su sigla en inglés), el máximo órgano de
planificación económica del país. "La economía mantendrá un crecimiento de
mediano a alto nivel".
"El
estatus de China como el mayor tenedor mundial de reservas de divisas no ha
cambiado, el superávit comercial a gran escala no ha cambiado y el progreso
constante en la internacionalización del yuan se mantiene", agregó Zhao.
Aún
así, el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió un 6,9 por ciento en el 2015,
su ritmo más lento en un cuarto de siglo, y los economistas esperan que la
ralentización de la actividad se extienda este año, incluso si el Gobierno
amplía su campaña de estímulos que ya lleva un año.
"Creemos
que el crecimiento podría ser de un 6,7 a un 6,8 por ciento este año",
dijo Xu Gao, economista jefe de China Everbright Securities en Pekín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario