Martes
15 de Diciembre del 2015
El
temor de los inversores a que la primera subida de tipos de interés en Estados
Unidos en casi una década pueda desencadenar una avalancha de impagos en
compañías muy apalancadas ha empezado a erosionar la confianza en la deuda
soberana de algunos países de la periferia europea.
La
brecha entre el rendimiento de los bonos a corto plazo italianos y españoles y
sus equivalentes alemanes de referencia subió el martes a su nivel más alto en
cinco meses, incluso pese a que el Banco Central Europeo compra miles de
millones de estos bonos mediante su programa de compra de activos.
Estrategas
dijeron que el mal comportamiento se debía a un menor apetito por el riesgo de
los inversores antes de la esperada subida de tipos de la Reserva Federal el
miércoles, una estrategia de cautela que se originó en los mercados de crédito
corporativos.
"En
momentos como este, cuando la liquidez es muy escasa por la decisión pendiente
del FOMC, la correlación entre las clases de activos tiende a subir de manera
significativa", dijo Peter Chatwell, jefe de estrategia europea de tipos
en Mizuho (T:8411).
"Así,
la debilidad en los mercados de crédito, que a su vez también puede ser una
función del FOMC, se puede comprobar en los diferenciales soberanos
europeos".
El
mercado de alta rentabilidad de Estados Unidos ha estado en el epicentro de los
temores de que un alza en los tipos en la mayor economía del mundo pueda
suponer peligro para las empresas que han pedido prestado montañas de deuda con
los tipos cerca del cero por ciento.
Las
compañías de energía están particularmente bajo presión, con los precios del
petróleo en los niveles más bajos registrados desde la crisis financiera.
La
rentabilidad de la deuda a dos años italiana y española subió el martes un
punto básico, al 0,15 y 0,12 por ciento, respectivamente, superando aún más la
equivalente alemana, que se mantuvo invariable en el -0,33 por ciento.
La
brecha entre los bonos periféricos y la deuda de referencia de Europa es la
mayor desde el 10 de julio.
Los
nervios se mantendrán previsiblemente hasta que los mercados puedan digerir el
impacto de la esperada subida de tipos.
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