Lunes
19 de octubre del 2015
China
reportó el lunes su nivel de crecimiento económico trimestral más débil desde
la crisis financiera mundial, aumentando la presión sobre las autoridades para
que recorten las tasas de interés e implementen otras medidas de apoyo para
evitar una desaceleración más aguda.
Los
líderes chinos han estado tratando de tranquilizar a los inversores durante
meses de que la economía se encuentra bajo control después de que una devaluación
sorpresiva del yuan y un desplome de los mercados bursátiles locales en el
verano boreal avivaron los temores a un aterrizaje forzoso.
La
segunda economía más grande del mundo creció un 6,9 por ciento en el trimestre
julio-septiembre frente al mismo período del año anterior, un poco mejor que la
estimación de los analistas de un 6,8 por ciento, pero por debajo del 7 por
ciento en el segundo trimestre.
Esta
es la lectura más débil desde el primer trimestre del 2009, cuando la expansión
cedió a un 6,2 por ciento. Sin embargo, los analistas creen en términos
generales que la desaceleración de China será gradual y no tan calamitosa.
"Las
presiones a la baja continuas de los sectores de bienes raíces y exportaciones
hicieron que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) cayera a un 6,9
por ciento", dijo Louis Kuijs de Oxford Economics en Hong Kong.
"Creemos
que el crecimiento general se debilitará adicionalmente en el 2016", dijo.
"En un entorno así esperamos más medidas monetarias y fiscales
incrementales".
Otras
cifras de septiembre que también fueron reportadas el lunes revelaron una
debilidad persistente de la economía china.
La
producción industrial aumentó un 5,7 por ciento en septiembre respecto al mismo
mes del año pasado, incumpliendo las previsiones de un incremento de un 6 por
ciento.
Las
inversiones en activos de renta fija, un motor clave de la economía, subieron
un 10,3 por ciento en los primeros nueve meses del año, por debajo de las
estimaciones de un 10,8 por ciento.
Sólo
las ventas minoristas rompieron la tendencia, creciendo a una tasa anual de un
10,9 por ciento, ligeramente mejor que las previsiones de una expansión de un
10,8 por ciento.
"El
ritmo del PIB es sorprendente, teniendo en cuenta que las cifras mensuales de
inversiones en activos de renta fija y producción industrial se desaceleraron
considerablemente y mucho más rápido que lo esperado", dijo Oliver Barron,
un investigador de política china de NSBO en Pekín.
"Los
datos sugerirían que las ventas minoristas están apuntalando los datos y hay
otras áreas que el Gobierno está considerando en los datos de consumo y de
servicios que no son recogidas en las cifras mensuales", agregó.
También
hay un escepticismo generalizado acerca de la fiabilidad de los datos oficiales
chinos. Algunos observadores del mercado creen que el crecimiento actual es
mucho más débil que las lecturas del Gobierno, aunque las autoridades niegan
las acusaciones de que las cifras estén infladas.
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