Martes
25 de agosto de 2015
El
banco HSBC considera que el Gobierno chino tiene un amplio margen para impulsar
el crecimiento económico del país recurriendo a estímulos fiscales y
monetarios, en contra de los temores despertados por el gigante asiático a raíz
de las devaluaciones del yuan y sus pobres datos de actividad industrial.
Las
dudas sobre la segunda economía mundial, que atraviesa por un periodo de
ralentización que tiene consecuencias planetarias y ha contribuido a la caída
en los precios de las materias primas, se han visto acentuadas en las últimas
jornadas por el desplome de las bolsas.
"El
mercado está preocupado por muchas cosas, pero que se le agoten las opciones a
China no debería ser una de ellas", aseguraron Qu y Wang.
Los
expertos del grupo bancario británico pronosticaron que el banco central chino
recortará 25 puntos básicos los tipos de interés de referencia y 200 puntos
básicos el coeficiente de caja -el dinero que los bancos no pueden prestar- en
la segunda mitad del año.
Asimismo,
los analistas anticiparon un incremento del gasto público por parte de las
autoridades chinas para apoyar el crecimiento, debido a que China llegó a julio
con superávit y al permitir a las administraciones locales la emisión directa
de bonos de deuda se han abierto nuevas vías de financiación.
"Tanto
los bancos de políticas como el mercado de bonos son capaces de jugar un rol de
mayor apoyo al crecimiento, al conectar la liquidez disponible con las
inversiones económicamente útiles", señalaron los analistas.
Por
todo ello, el banco HSBC mantiene su previsión de crecimiento para China en el
7,1 % en 2015, por encima incluso del dato registrado por la segunda economía
mundial en la primera mitad del año, un 7 %, que es también el objetivo del
Gobierno.
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