Viernes
7 de agosto de 2015
Grecia
espera cerrar el acuerdo con los acreedores para un tercer rescate antes del
próximo día 20 pese a las dudas planteadas desde algunas capitales,
especialmente Berlín, y quiere evitar recurrir a un crédito puente que estaría
sujeto al cumplimiento de nuevos requisitos previos.
"Estamos
tratando de cerrar un acuerdo, que tendrá duras medidas, pero lo importante es
que comience la financiación de la economía griega", añadió.
El
Gobierno y sus acreedores mantienen el ritmo de las negociaciones, que ambas
partes han calificado de satisfactorias, y se espera que hasta el lunes se
pueda determinar si los progresos son suficientes como para firmar directamente
un acuerdo o será necesario un crédito puente de unos 5.000 millones de euros.
Este
crédito únicamente servirá para el pago de algunas obligaciones más urgentes,
como los 3.400 millones de bonos e intereses al Banco Central Europeo, que
vence el 20 de agosto, o los próximos plazos al Fondo Monetario Internacional,
que en septiembre suman algo más de 1.500 millones de euros.
Según
medios locales, Atenas cuenta con que la votación del acuerdo, que recoge los
términos generales de las reformas, vaya unida a un primer paquete de medidas
concretas.
Entre
estas figurarían la modificación de la ley que permite la devolución en cien
plazos de las deudas a Hacienda y la Seguridad Social, aprobada en marzo por el
Parlamento heleno, pero que los acreedores no aceptan en su versión actual.
Esta
ley ha permitido hasta le fecha el ingreso de 800 millones de euros procedentes
de los 900.000 contribuyentes que se han inscrito en esta modalidad de pago.
Las
instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario
Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad), sin embargo, quieren que
haya un trato más diferenciado entre los deudores, de forma que los que tengan
ingresos altos dispongan de menos plazos para la devolución.
Otras
medidas que podrían votarse ya en este primer paquete serían los cambios en el
sistema de jubilación anticipada y la liberalización de algunas profesiones.
El
Gobierno, en cambio, quiere evitar un crédito puente no solo porque los fondos
apenas alcanzarían para las devoluciones más inmediatas, sino porque iría
sujeto a otra serie de condiciones que ahora mismo no están aclaradas y que
podrían causar aún más estragos en el seno del partido gubernamental Syriza.
La
portavoz del Gobierno, Olga Yerovasilíu, aseguró hoy que por ahora nadie ha
puesto sobre la mesa el debate de requisitos previos y todo lo dicho hasta
ahora son "opiniones escritas, pensamientos o los puntos de vista del
señor Schäuble (ministro alemán de Finanzas)"
En
declaraciones a la emisora de radio Parapolitika, Yerovasiliu añadió que el
Gobierno, "tiene razón para creer" que se puede cumplir el calendario
previsto y concluir "alrededor del 18 de agosto" todo el proceso,
incluidas las votaciones en el Parlamento griego y en otras cámaras europeas.
El
Gobierno no oculta que después de perder de facto la mayoría parlamentaria en
las últimas dos votaciones -a causa de la fuerte disidencia interna en Syriza
al rescate- ve prácticamente inevitable la convocatoria de elecciones
anticipadas, si bien Yerovasilíu insistió hoy en que no es algo planificado.
Antes
de organizar el calendario, es necesario haber cerrado el rescate, algo que
Tsipras ha calificado de máxima prioridad, por lo que cualquier retraso podría
aumentar la inestabilidad interna.
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