Martes
16 de junio de 2015
Con
las negociaciones paralizadas entre Grecia y los acreedores, el primer ministro
griego, Alexis Tsipras, recalcó hoy que su Gobierno sigue dispuesto a alcanzar
un acuerdo con los socios, a quienes instó a decidir si quieren someter al país
o mantener una Europa unida.
El
primer ministro fue especialmente duro con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) -que forma junto a la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo
(BCE) las instituciones acreedoras- al reprocharle que, pese a haber reconocido
sus equivocaciones sobre las medidas exigidas, exija medidas tan duras a
Grecia.
En
los últimos días, Atenas ha atribuido parcialmente la falta de acuerdo a las
desavenencias entre las instituciones.
El
Fondo insiste en la necesidad de aplicar recortes drásticos en salarios y
pensiones, pero está dispuesto a consensuar una reestructuración de la deuda,
mientras la parte europea, flexible en la cuestión del ahorro, es inflexible
respecto a la deuda.
"Nos
piden adoptar un acuerdo que no solo no resolverá el problema, sino que hundirá
la economía en la recesión" y alejará toda inversión estratégica, dijo
Tsipras en alusión a las demandas de las tres instituciones.
Aseguró
que, si se trata de adoptar un modelo que fracasó no solo en Europa sino en el
mundo, el Parlamento, y no solo Syriza, negará su aprobación.
A
juicio del líder izquierdista, la insistencia de las instituciones en pedir
recortes en pensiones de un 1 % del producto interior bruto (PIB) "no es
un error", sino posiblemente "un plan político", con el objetivo
de "poner de rodillas no solo al Gobierno, sino también al pueblo".
Tras
la interrupción de las conversaciones el domingo pasado, las posiciones de
ambos lados se han endurecido.
Mientras
los acreedores mantienen que su propuesta es "equilibrada" y tiene
"pleno sentido económico", Atenas sostiene que no va a aceptar ningún
pacto que no incluya la reestructuración de la deuda ni un paquete de
inversiones para el país.
"Probablemente
se trate de mostrar firmeza para destruir todo intento de poner fin a la
austeridad. Y eso no concierne solo a Grecia, sino a todos los pueblos
europeos", destacó Tsipras.
El
primer ministro se reunió hoy también con varios líderes políticos a los que
les trasladó que lo más importante es lograr un acuerdo sostenible.
"La
clave es acabar con este círculo vicioso para que no vayamos a cerrar un
acuerdo que en seis meses nos coloque en la misma situación", dijo Tsipras
al recibir al líder del centrista To Potami, Stavros Theodorakis.
Los
representantes de la oposición coincidieron en pedirle que logre un acuerdo con
los acreedores y evite la salida de Grecia del euro, cuestión que en los
últimos días se ha reavivado por la falta de acuerdo a tan solo dos semanas de
que expire la prórroga del segundo rescate.
Según
fuentes cercanas a los líderes de To Potami y el socialdemócrata Pasok
aseguraron que Grecia no pagará al FMI los 1.600 millones de euros que vencen
el próximo día 30 si antes no ha alcanzado un acuerdo beneficioso con los
socios.
El
Ejecutivo desmintió después categóricamente que no vaya a pagar al FMI si las
negociaciones no llegan a buen término a finales de mes, según fuentes
gubernamentales citadas por la televisión pública ERT.
Ante
la imposibilidad de acercar posiciones, las conversaciones pasan ahora a un
nivel más alto, la reunión de los ministros de Finanzas de la eurozona del
jueves en Luxemburgo.
En
una entrevista publicada hoy por el diario alemán Bild, el ministro de
Finanzas, Yanis Varufakis, dijo que el Gobierno no entregará un nuevo plan a
los socios, porque este foro "no es el lugar adecuado para presentar
propuestas que no han sido discutidas y negociadas a un nivel más bajo
antes", en alusión a las negociaciones de los grupos técnicos.
"Entramos
en la recta final. Ahora empieza la verdadera negociación", apuntó
Tsipras.
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